Las elecciones al Parlamento Europeo de ayer dejan en Plasencia resultados desalentadores. No me refiero a al retroceso general de los dos grandes partidos (PP y PSOE), que los datos son tozudos por mucho pecho que quieran sacar los populares proclamando su cierta victoria como partido más votado.
Un resultado que se ve empañado por la pérdida considerable de apoyo popular. Así que no es para tirar cohetes, precisamente, aunque si uno quiere justificarse siempre puede echar fuera los balones con cargo a la crisis, a los ajustes y al desgaste de la acción de gobierno. Justificaciones hay para todos. Incluida la del descontento general.
Si comparamos los resultados del estas elecciones con los de 2009, (con 12.898 votantes en este último año y 13.460 en el actual) vemos que el PP -con más votantes- obtiene en Plasencia 4.336 votos (33%) frente a los 3.590 del PSOE (27,33%). La diferencia entre uno y otros es notable, de 746 papeletas. Y sobre todo, si comparamos con los resultados electorales de 2009 en los que el PP cosechó 5.852 votos y el PSOE 5.803.
Al margen del bajón que los dos grandes dan en estos últimos comicios del domingo, es más que significativo el desplome del voto socialista, 1.853 menos que en 2009, que en su mayoría van a Podemos y UPYD. Un hecho que contrasta con la hegemonía del voto socialista por provincias, con el llamativo resultado de la de Badajoz en donde el PSOE supera al PP en 12.400 votos y en la de Cáceres, por la mínima de 7.
En Plasencia, lo sorprendente hubiera sido el vuelco electoral que se registra en Mérida, donde el PSOE saca 3,2 puntos al PSOE. Al igual que en Badajoz, Cáceres o Almendralejo, en la ciudad del Jerte el PP revalida mayoría de votos. En sintonía está Plasencia también con la irrupción de Podemos y UPYD que hacen el sandwich electoral a IU. En esta urbe, Podemos logra 1.135 votos (8,64%); IU, 1085 (8,26); y UPYD, 1008 (7,67%). Datos que a Pizarro no deben dejar nada tranquilo, sino todo lo contrario. Lo mismo que a los regionalistas.
Dice Monago que los resultados de ahora no son extrapolables a las autonómicas. Habrá que verlo. Pero seguro que en Plasencia el mapa de la próxima corporación municipal va a cambiar algo respecto a la actual, visto lo visto, y si el partido de Rosa Díez y Podemos saben mantener la tensión para consolidar el capital político ahora logrado. Amén de lo que nuevas formaciones de derechas puedan arañar al electorado conservador. Y si PSOE e IU no espabilan y toman medidas para evitar la pérdida de hegemonía en la izquierda.
Lo más dramático de los resultados electorales del 25-M en Plasencia le sucede al PSOE que se queda fuera del compás de elecciones anteriores. En la capital del Jerte el desplome no hace sino ahondar en resultados anteriores y llega a mínimos, sin duda, fruto de la especial y delicada situación en que se encuentra el PSOE en Plasencia, a causa de una profunda crisis (división y fraccionamiento) que ha sido cerrada (en falso) institucionalmente; de la falta de liderazgo claro con la vuelta de intrigas entre las familias socialistas; o el desgaste del ‘caso Plasencia’ que aún espera sentencia de su señoría.
Estos malos resultados para el PSOE, lejos de contribuir a asentar la actual dirección del partido en Plasencia contribuyen a que el suelo se pueda empezar a mover bajo sus pies. Por mucho cimiento que echen desde Cáceres. No sería de extrañar que los movimientos de aproximación ahora iniciados entre diversos sectores del PSOE (para recuperar lo que perdieron o anhelaron) den paso a la petición de cabezas y de una solución (otra) al PSOE placentino. Visto lo de ayer… ¿Empezará otra vez el pim pam pum? Si es así, para qué ha servido la refundación….