Pérez Esquivel y Maguire, respaldados también por ex funcionarios de la Organización de Naciones Unidas, enviaron ayer una carta al actual director de HRW, Kenneth Roth, en la que señalan que las relaciones cercanas con el gobierno de Estados Unidos generan conflictos de intereses a la agrupación con sede en Nueva York.
El primer paso que debe dar HRW, se sugiere en la misiva, es cerrar la puerta giratoria a aquellos que han sido funcionarios públicos en la diplomacia estadunidense y luego pasan al equipo de la organización y a sus cuerpos de asesoría o dirección.
En la carta se menciona que Miguel Díaz, quien fue analista de la CIA en la década de los 90, ocupó una silla en el consejo de asesores de HRW de 2003 a 2011 y en la actualidad, como funcionario del Departamento de Estado, es el interlocutor entre la comunidad de inteligencia y analistas no gubernamentales.
Otros tres miembros de HRW que tienen vínculos con el gobierno son Tom Malinowki, Miles Frechette y Michael Shifter. A su vez, Susan Manilow se ha declarado altamente involucrada en actividades del Partido Demócrata.