Ser presidente del Atlético debería conllevar un plus de peligrosidad. Enrique Cerezo ha vivido todas las vicisitudes que un club pueda soportar. Durante diecisiete años de vicepresidente aprendió a convivir con el sambenito del «Pupas». Sobrevivió a una intervención judicial y a un descenso a Segunda. Sacar al equipo del infierno y ascenderlo al cielo ha costado doce años. A finales de mes cumplirá once como presidente. Hoy disfruta de la mejor época de la historia del Atlético. En los próximos diez días, puede conquistar la Liga y la Champions. El empresario cinematográfico elige la película…
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